Dos son los objetivos básicos que debe perseguir la organización al diseñar un plan de formación:
- La transferencia de los conocimientos y habilidades que deben adquirir los participantes, al puesto de trabajo que cada uno ocupe; y
- La evaluación de resultados de la formación, tanto en términos de objetivos intangibles como sociales, comerciales o económicos.
Estos son los puntos críticos que justificarán la importante labor del departamento de formación ante la alta dirección de la organización, y probablemente los que menos se contemplan en el diseño de los diferentes planes de formación de cada institución, porque son los más difíciles de medir. Pero eso nunca debería ser una razón, incluso para la reivindicación profesional de los responsables de formación de la institución.